David Villa, nuevo fichaje del Valencia, fue la auténtica revelación de la temporada Las contradicciones que históricamente sólo se dan en el Valencia CF marcaron el balance final de la primera temporada con Quique Sánchez Flores como entrenador che. En la afición parecía haber quedado una sensación general negativa. Como si el ejercicio se hubiera saldado con una nota regular, tirando a mala. Varios son los factores que influyen para justificar esta sensación. La frustración principal procede de la sensación de haber tenido el subcampeonato en la mano y haberse escapado por un final de temporada incomprensiblemente malo y una actitud excesivamente conformista. Perder el subcampeonato (algo que tampoco supone ninguna gran tragedia) se convierte así en el reflejo final de un ejercicio del que se recuerdan dudas, algún mal partido, rachas incomprensibles sin ganar, partidos de dudosa actitud del equipo, la baja forma evidente de alguna de las figuras y el aderezo de una situación social no del todo clara.

Pero también es posible hacer una lectura positiva de la temporada. Quique fue capaz de regenerar un equipo hundido y lleno de dudas tras una temporada desastrosa y devolverlo a la Liga de Campeones. El Valencia fue, esta temporada, el único equipo que, en algún momento, plantó cara a un Barcelona intratable en la Liga. Y echando mano a la estadística, esta fue la quinta mejor temporada desde que el club regresó a Primera División hacía 19 años. Si se mira los números, el Valencia de esta temporada sólo era mejorado por cuatro temporadas apoteósicas: las dos ligas de Benítez y los dos últimos subcampeonatos de Liga.

Quique Sánchez Flores, nuevo entrenador
En verano llegó Quique, y con él un nuevo secretario técnico (Javier Subirats, cesado hace escasas fechas y que relevó a García Pitarch, el cual acaba de firmar con el Atlético) y varios jugadores nuevos: Raúl Albiol (recuperado de su año cedido al Getafe), Miguel Brito (comprado por unos 8 millones de euros), David Villa (por el cual se pagó la cláusula de rescisión de 12 millones de euros al Real Zaragoza), Edu Gaspar (con la carta de libertad procedente del Arsenal), Patrick Kluivert (también libre y tras dos revisiones médicas) y Mario Regueiro (fichado del Racing de Santander). Otros jugadores también vinieron (caso de los guardametas Juan Luis Mora, procedente del Levante para cubrir la baja de Andrés Palop, o Ludovic Butelle), pero pasaron más bien desapercibidos.

Fuera de Europa en pleno verano
El Valencia iniciaba la pretemporada con ilusión, pero pronto llegaría el primer palo para despertar del sueño de verano. En pleno Agosto, y con la temporada aún por comenzar, el Valencia decía adiós a sus opciones de jugar en Europa tras ser eliminado por el Hamburgo en la final de la Intertoto. Un empate sin goles en Mestalla tras haber caido por la mínima en Alemania borraban de un plumazo las esperanzas de la afición para disputar la Copa de la UEFA.

En la Liga, Quique inicia la competición sin conseguir que el Valencia tenga un estilo y personalidad marcados. La defensa no se muestra suficientemente conjuntada y comete graves errores que hacen que el equipo encaje muchos goles. Kluivert comienza la temporada como delantero titular junto a Pablo Aimar, pero lo hace con la pólvora mojada. Poco a poco, surge la figura de David Villa, y el equipo se apoya en sus goles y en el excelente estado de forma de Cañizares. Una impresionante racha de 16 partidos sin conocer la derrota, la mejor de la historia del Valencia, lleva al equipo colocarse a tan sólo 6 puntos de un Barcelona intratable a falta de 15 jornadas. Sin embargo, una nueva racha de 6 partidos sin ganar dejaron al Valencia sin prácticamente opciones de ganar la Liga.

El Valencia se asegura la Champions
En la recta final de la temporada, el Valencia encadenó de nuevo 5 victorias consecutivas que hicieron soñar a la afición, pero un lamentable tropiezo en Son Moix ante el Mallorca permitió al Barcelona celebrar el alirón. En el siguiente partido ante el Atlético de Madrid en Mestalla, un Valencia conformista se aseguraba una plaza en la Champions con un empate a uno. En el último partido de Liga, el Valencia cayó de forma penosa ante Osasuna en un partido en el que, no sólo se perdió la segunda plaza en la clasificación (que se hubiera conseguido con un empate), sino que David Villa perdió el trofeo Pichichi y Santi Cañizares se quedó sin el Zamora.

Polémica en la Copa
En la Copa del Rey el Valencia eliminó de forma brillante al Villarreal en la primera ronda, venciendo en los dos partidos. En cuartos de final, tuvo lugar una de las eliminatorias más accidentadas de la historia ante el Deportivo, marcada significativamente por la polémica arbitral. En el partido de ida el equipo valencianista perdió por la mínima con un dudoso penalty cometido por Carboni. En la vuelta, con Marchena expulsado nada más comenzar y con la eliminatoria empatada gracias a un gol de Villa, una moneda que impactó sobre un linier hace que el partido sea suspendido. Días después se reanudó el partido a puerta cerrada, y otro polémico penalty nada más comenzar tumba definivamente al Valencia.

David Villa se convirtió en la estrella del Valencia
Sin duda, lo mas significativo en una irregular temporada fue el nacimiento de una estrella. David Villa, que en su primera temporada alcanzó la cifra de 25 goles en Liga, con la que estuvo a punto de lograr el Pichichi, logró superar el récord de Mario Kempes como el jugador que más tantos había marcado en su primer año en el club (24 goles en la temporada 76-77). Otra gran noticia para el valencianismo fue la aparición del defensa valenciano Raúl Albiol, que cuajó una magnífica temporada y despertó el interés de grandes clubes como el Real Madrid, aunque a pocas jornadas para finalizar la temporada, decidió renovar su contrato con el Valencia.

La buena temporada realizada por Villa le convierten en un fijo para el seleccionador español, Luis Aragonés, en el Campeonato del Mundo disputado en Alemania al finalizar la temporada. Además de Villa, por parte del Valencia, acuden al mundial Cañizares, Marchena y Albelda.


Campeonato Nacional de Liga

La sufrida victoria por la mínima conseguida por el Valencia CF en la primera jornada ante el Real Betis en Mestalla gracias a una genialidad de Pablo Aimar, fue una muestra de cuánto le costó al equipo de Quique Sánchez Flores empezar a encontrar su propio estilo y personalidad. Un equipo acostumbrado a férreas tácticas y fuertes sistemas defensivos, tardó varias jornadas en quitarse la coraza, y pese aque no consiguió su segunda victoria hasta la quinta jornada, el equipo permaneció imbatido hasta la dolorosa derrota en Getafe sufrida en la sexta jornada. Esos cinco partidos le habían servido a David Villa para empezar a despuntar como auténtico crack. Suyos fueron más de la mitad de los goles marcados por el equipo, y una soberbia actuación en el Camp Nou le empezaban a coronar como ídolo de la afición, dejando a todo un Patrick Kluivert en el banquillo.

Sin embargo, todo cambió en Getafe. El equipo al completo, entrenador incluido, perdieron los papeles en un nefasto partido que acabo perdiéndose por 2-1 con expulsión incluida de Villa. A la conclusión del partido, Quique se despachó a gusto con el colegiado, pero lo cierto es que el Valencia había perdido el encuentro por sus propios errores. Pese al tropiezo, el equipo supo recomponerse y venció los dos encuentros siguientes, incluida una grandiosa victoria en el Bernabeu por 1-2 con goles de Baraja y Villa. Tras este partido, el equipo sufrió un bajón considerable y permaneció tres partidos sin conocer la victoria.

Y entonces llegó una histórica racha de 16 partidos sin perder que comenzó con una trabajada victoria en Cádiz gracias a un golazo de Vicente. El equipo de Quique estuvo desde el 20 de Noviembre hasta el 19 de Marzo sin perder un solo partido, con 10 victorias y seis empates, y algunas victorias memorables, como la victoria por la mínima ante el Barcelona en Mestalla que colocaba al Valencia a sólo seis puntos de los catalanes. La afición soñaba con un título que parecía más cerca, ya que el Barça atravesaba una crisis de juego y resultados mientras que los chés estaban lanzados y con una confianza enorme.

Sin embargo, a pesar de los excelentes resultados cosechados por el equipo, las fuerzas comenzaron a fallar. El juego no terminaba de convencer y los planteamientos de Quique comenzaron a ser más bien conservadores. Parecía que el equipo no llegaba a creer en alcanzar al Barcelona, y la racha de partidos sin perder culminó con tres empates y una dolorosa derrota en Mestalla ante el Racing de Santander el día de San José, en plenas fallas. Esta derrota, seguida de un empate ante el Villarreal y una derrota en el campo del Sevilla, disiparon las esperanzas de lograr el título y centraron la lucha del Valencia en conseguir la segunda plaza.

Con esta convicción, el Valencia afrontó la recta final de la Liga de forma trepidante. Seis victorias consecutivas frente a Cádiz, Celta, Espanyol, Athletic y Alavés volvieron a colocar al equipo en segunda posición, aplazando el alirón del Barcelona. La Liga era una utopía, pero la posibilidad de ser segundos no era despreciable, puesto que suponía la clasificación directa para la Liga de Campeones. Algunos jugadores, incluso, mostraban su ambición afirmando que aún había posibilidades de lograr el título. Sin embargo, el conformismo del Valencia de Quique volvió a mostrarse en un pésimo partido en Mallorca, en el que el equipo salió derrotado y retornó a la tercera plaza. En el siguiente partido, penúltimo de la Liga, el Valencia no pasó del empate a uno frente al Atlético de Madrid en casa en una muestra más de conformismo. A la conclusión del partido, el entrenador del Valencia, Quique Sánchez Flores, mostraba su satisfacción por haber conseguido el objetivo, un puesto en la Liga de Campeones, mientras la afición recelaba por no haber conseguido la segunda plaza, más aún sabiendo que el Real Madrid iba a empatar en casa con el Villarreal.

El Valencia llegaba a la última jornada en Pamplona con plenas opciones de lograr el subcampeonato, pero la cosa no pudo salir peor. El Valencia saltó al campo con la sensación de que había cumplido ya con su obligación al clasificarse de antemano para la Champions, pero las circunstancias le permitían aspirar a más y acabó quedándose en puertas del subcampeonato pese a que el Real Madrid había caido derrotado en Sevilla. Una decepción enorme para la afición, como también lo fue para Cañizares, que regresó de Navarra sin el pretendido trofeo Zamora, que tenía en la mano y que hubiera conseguido si Quique no hubiera decidido alinearle. Otro de los perjudicados en esta infausta jornada fue David Villa quien, pese a marcar, perdió el trofeo Pichichi en favor de Samuel Eto'o, delantero del FC Barcelona.

Los goleadores del Valencia CF durante esta temporada fueron: Villa (25 goles), Angulo (6 goles), Aimar (5 goles), Baraja (4 goles), Regueiro y Vicente (3 goles), Albelda, Ayala, David Navarro y Fabio Aurelio (2 goles) y Albiol, Miguel Kluivert y Mista (1 gol).


Copa del Rey

El Valencia afrontaba esta edición de la Copa del Rey con mucha ilusión. El hecho de haber disputado la Intertoto en verano, y pese a no haber conseguido la clasificación para la Copa de la UEFA, permitió a los valencianistas entrar en la competición directamente en los octavos de final. El rival en esta eliminatoria no iba a ser sencillo, dado que el Valencia se iba a tener que medir a un Villarreal en plena forma, que estaba llevando a cabo una de las mejores temporadas de toda su historia. Sin embargo, el Valencia se encontraba en ese momento en plena racha en la Liga, donde llevaba 6 partidos sin perder (precisamente el último partido perdido había sido en casa de los castellonenses). Pese a todo, el Valencia pasó la eliminatoria con solvencia, venciendo en los dos partidos.

En el partido de ida, disputado en El Madrigal el 4 de Enero de 2006, el Valencia logró la victoria por 2-0 con goles de Regueiro y David Villa, de penalty, ante un Villarreal apenas irreconocible y con muchos cambios en su alineación. La eliminatoria mostró a las claras la diferencia entre un equipo que miraba con esperanza su trayectoria en la Champions, el Villarreal, y otro equipo, el Valencia, fuera de Europa que buscaba reverdecer los laureles en la Copa del Rey. El equipo che, pese a la victoria en la ida, afrontó el partido de vuelta con mucha seriedad y se impuso por la mínima gracias a un gol de Miguel en la segunda parte.

El Valencia se había revalorizado en la Copa del Rey. Ya se encontraba en los cuartos de final y pidiendo pista, sin miedo a nadie. La Copa tenía muy buena pinta para los blanquinegros, que veían como su equipo se encontraba en plena trayectoria ascendente y segundos en la liga. El rival, en esta eliminatoria, era el Deportivo de La Coruña, un grande venido a menos, que rondaba la zona media de la tabla. El Valencia afrontó la eliminatoria con excesiva confianza y con Quique Sánchez Flores poniendo en duda la designación arbitral en la eliminatoria. Efectivamete, en el partido de ida disputado en Riazor el 19 de Enero de 2006, un rigurosísimo penalty señalado por Iturralde González a Carboni costó la derrota por 1-0 y puso la eliminatoria copera muy cuesta arriba.

El partido de vuelta, que se disputó en Mestalla una semana después, se había calentado demasiado. La actuación arbitral del partido de ida y las declaraciones cruzadas de los entrenadores, hicieron que el estadio se convirtiera en una olla a presión. El Valencia había conseguido lo más dificil, que era igualar la eliminatoria pese a contar con un hombre menos por expulsión de Marchena. David Villa supo aprovechar un rechace tras una buena jugada suya para batir a Molina. Después llegó la celebración y la polémica, cuando un aficionado lanzó una moneda desde la grada y el juez de línea quedó herido en la cabeza. El colegiado, Megía Dávila, decidió suspender el partido y la eliminatoria quedó en el aire.

El partido se reanudó una semana después en Mestalla y a puerta cerrada. Daba la sensación de que Megía Dávila no quería dejar el protagonismo que adquirió en la primera parte del choque, y no podía salir de Mestalla sin que todos al día siguiente hablaran de él. Lo logró, pero por delante se llevó al Valencia. Y fue una pena, porque los jugadores de Quique lo hicieron todo bien. El técnico blanquinegro estudió perfectamente el partido. Se la jugó con valentía, con dos hombres en punta, pero cuando más cerca estaba el segundo tanto del Valencia, el árbitro dijo basta. En una jugada donde Albelda y Senel peleaban por un balón que Butelle estaba a punto de atrapar, sonó el silbato. ¿Fuera de juego? ¿Falta a favor del Valencia? Pues no. Penalty. Y ahí se acabó todo. Víctor engañó al portero blanquinegro y dejó al Valencia CF fuera de las semifinales.

Intertoto

El Valencia volvía varias temporadas después a disputar la Copa Intertoto, una competición veraniega que podía llevar al club a disputar la Copa de la UEFA, lo cual podía suponer un alivio tras la desastrosa campaña realizada la temporada anterior. La competición arrancó muy pronto, a mediados de Julio, con el equipo todavía fuera de forma y apenas conjuntado. En la tercera ronda el Valencia se midió al KAA Gent belga en una eliminatoria peligrosa contra un equipo inferior aunque mucho más rodado a esas alturas del año. El equipo de Quique salió vivo de Bélgica con un empate a cero que dejaba muchas dudas, pero en el partido de vuelta Villa y Kluivert se estrenaron como goleadores y el Valencia logró la clasificación para la siguiente ronda con un cómodo 2-0.

Pocos días después, ya en semifinales, llegó el Roda JC holandés. En el partido de ida, disputado en Mestalla el 27 de Julio, una soberbia actuación de Rufete, que consiguió un hat-trick, culminada con un gol del italiano Moretti a pocos minutos del final, dejaron la eliminatoria sentenciada a favor del Valencia. El partido de vuelta que se tenía que disputar en Holanda se había convertido en un mero trámite, y así fue, dado que finalizó con empate a cero goles.

En la final de la Intertoto es cuando llegaron los problemas. El Hamburgo SV alemán era el primer rival de entidad al que se enfrentaba el Valencia en la competición, con el hándicap añadido de que el equipo todavía estaba en fase de acoplamiento y rodaje, mientras que los alemanes ya afrontaban el inicio de la Bundesliga. En el partido de ida, disputado en el AOL Arena el 9 de Agosto de 2005, el Hamburgo dejó muy claro que físicamente estaba en mejor momento. Su anticipación y su control fueron continuos, haciendo que el Valencia las pasara canutas. A lo largo de los 90 minutos dio la sensación de que los de Quique rodaban con gasoil y los alemanes, con gasolina de muchos octanos. Pese a todo, los alemanes sólo pudieron batir al Valencia en una ocasión gracias a un gol de Barbarez al comienzo de la segunda parte. Mista, por su parte siempre se acordará de Boulahrouz, que privó al Valencia de lograr el empate a cuatro minutos del final, al sacar el balón literalmente sobre la línea, cuando se colaba en su portería. No pudo ser y los blanquinegros salieron derrotados quedando todo para el partido de vuelta.

La vuelta se jugó en Mestalla la noche del 23 de Agosto de 2005. En una noche de nervios y tensión, el Valencia dijo adiós a Europa en una demostración de impotencia que supuso el primer fracaso de la temporada. El equipo ché fue incapaz de hacer un solo gol al Hamburgo y su juego, brillante en los primeros minutos, se diluyó hasta caer en la más profunda mediocridad. Únicamente la afición de Mestalla cumplió con su papel, llevando 42.000 personas al estadio y animando hasta que la desesperación lo hizo imposible.

Plantilla de la temporada 2005-2006

Presidente Juan Bautista Soler
Entrenador Quique Sánchez Flores
Porteros Cañizares, Mora, Butelle
Defensas Albiol, Ayala, Caneira, Carboni, David NavarroFabio Aurelio, Marchena, Miguel, Moretti
Medios Aimar, Albelda, Angulo, Baraja, Edu, Hugo Viana, Regueiro, Rufete, Vicente
Delanteros Di Vaio, Kluivert, Mista, Villa