Ficha de partido
UE Sants
2 - 1
Valencia CF
Equipos titulares
2
Sustituciones
Ninguno
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Egea
21'
Descanso
45'
Collazo
50'
Epi Fernández
89'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: UE Sants
Records vs UE Sants
Máximo goleador: Arturo Montes (6 goles)
Goleador rival: Martínez (5 goles)
Más partidos: Arturo Montes (6 partidos)
Mayor victoria: 6 - 1 (05.06.1932)
Mayor derrota: 1 - 4 (12.06.1922)
Más repetido: 2-2 (2 veces)
Crónica
Fuimos al viejo terreno de la calle Galileo convencidos de que íbamos a ver perder a sus propietarios frente a un Valencia que había anunciado una alineación con la casi totalidad de sus titulares. El cálculo era lógico por las razones que todos sobradamente conocemos, pero falló estrepitosamente, tanto que al notable conjunto que presentaron los valencianos, a duras penas lo vimos en algunas rachas en las que acusó fugazmente lo que normalmente juega, y porque, a un minuto del pitido final, un dos a cero rotundo campeaba y sonreía en el marcador a favor de los verdiblancos.
No pudo jugar el Valencia a gusto en el terreno sansense. El entusiasmo de los verdiblancos, su codicia, una vez desaparecida la primera impresión de temor al poderoso visitante, anuló todos los intentos que éste ensayó para construir el juego en el habitual que podía darle holgada victoria.
Así, en el primer tiempo, cuando jugó el Sans a favor de la pendiente, lo vimos dominar con insistencia y perder algunas ocasiones clarísimas para marcar que el nerviosismo transformó en fallos más o menos estrepitosos. Con todo, los dueños del terreno llegaron al descanso con un tanto a su favor y con muchas esperanzas de remachar el primer balón de la victoria, ya no en plan de víctimas irremediables.
En la segunda parte, el Valencia fue más temible, pero también más fallón, y el Sans tuvo que adoptar perfectamente la táctica puramente destructiva, cediendo a su ilustre visitante la mayor parte del dominio, pese a lo cual, marcaron por segunda y última vez, para volver a batirse a la defensiva, ahora con bien fundamentados motivos y clara finalidad de conservar la poco esperada victoria. No pudieron hacer otra cosa los de Mestalla que atenuarla con su tanto de honor en el último minuto.
No fue perfecto ni de alta calidad el juego de los sensenses, pero se batieron con incalculable entusiasmo, todos por un igual, digno de elogio, su trío defensivo y, en especial García, que ocupó la meta sólo en el primer tiempo, fueron lo más firme del equipo.
También en el Valencia fue el terceto defensivo lo más sólido, hasta el punto de que, hubo momentos en que dieron tintes campeoniles al choque amistoso, sobre todo el novel Pechuan. Del resto, sólo algunos destellos individuales de Epi y Lecue. Y, en general, una tendencia bastante acusada, en no forzar la marcha y evitar lesiones, por que se desenvolvían en terreno duro y con las botas de tacos para campo blando.
El primer tanto lo enganchó Egea, con un magnífico cambio a Enrique, que éste aprovechó para centrar, rematando Collazo imparablemente, con mucha oportunidad. Tras largo peloteo, después del descanso, el mismo Collazo, a la salida de un saque de esquina, marcó el segundo y último para su bando. Y faltando medio minuto para el final, Epi, en un saque de esquina que fue directamente a las mallas, salvó la negra honrilla valencianista con el tanto de honor.
Se consiguió el llenazo de reglamento y que el acontecimiento en la deportiva barriada merecía, y la victoria de los modestos fue acogida con la natural satisfacción.
No pudo jugar el Valencia a gusto en el terreno sansense. El entusiasmo de los verdiblancos, su codicia, una vez desaparecida la primera impresión de temor al poderoso visitante, anuló todos los intentos que éste ensayó para construir el juego en el habitual que podía darle holgada victoria.
Así, en el primer tiempo, cuando jugó el Sans a favor de la pendiente, lo vimos dominar con insistencia y perder algunas ocasiones clarísimas para marcar que el nerviosismo transformó en fallos más o menos estrepitosos. Con todo, los dueños del terreno llegaron al descanso con un tanto a su favor y con muchas esperanzas de remachar el primer balón de la victoria, ya no en plan de víctimas irremediables.
En la segunda parte, el Valencia fue más temible, pero también más fallón, y el Sans tuvo que adoptar perfectamente la táctica puramente destructiva, cediendo a su ilustre visitante la mayor parte del dominio, pese a lo cual, marcaron por segunda y última vez, para volver a batirse a la defensiva, ahora con bien fundamentados motivos y clara finalidad de conservar la poco esperada victoria. No pudieron hacer otra cosa los de Mestalla que atenuarla con su tanto de honor en el último minuto.
No fue perfecto ni de alta calidad el juego de los sensenses, pero se batieron con incalculable entusiasmo, todos por un igual, digno de elogio, su trío defensivo y, en especial García, que ocupó la meta sólo en el primer tiempo, fueron lo más firme del equipo.
También en el Valencia fue el terceto defensivo lo más sólido, hasta el punto de que, hubo momentos en que dieron tintes campeoniles al choque amistoso, sobre todo el novel Pechuan. Del resto, sólo algunos destellos individuales de Epi y Lecue. Y, en general, una tendencia bastante acusada, en no forzar la marcha y evitar lesiones, por que se desenvolvían en terreno duro y con las botas de tacos para campo blando.
El primer tanto lo enganchó Egea, con un magnífico cambio a Enrique, que éste aprovechó para centrar, rematando Collazo imparablemente, con mucha oportunidad. Tras largo peloteo, después del descanso, el mismo Collazo, a la salida de un saque de esquina, marcó el segundo y último para su bando. Y faltando medio minuto para el final, Epi, en un saque de esquina que fue directamente a las mallas, salvó la negra honrilla valencianista con el tanto de honor.
Se consiguió el llenazo de reglamento y que el acontecimiento en la deportiva barriada merecía, y la victoria de los modestos fue acogida con la natural satisfacción.